En cuanto a la utilidad científico-cultural de la lengua rusa, conviene destacar que se trata de un sistema lingüístico de rica tradición y revelador recurso, por las circunstancias geopolíticas, para el estudio de la historia mundial. A este respecto, basta recordar que gran parte del legado literario, histórico, artístico y científico universal tiene relación con esta lengua. No en vano, en ruso escribieron sus obras Tolstoi, Dostoievski, Chéjov, Solzhenitsin, Bunin, etc.; en esta misma lengua están escritos grandes tratados científicos (Mendeleev, Oparín, Chebyshev, Lomonosov, Perelman); así como algunas de las páginas fundamentales de la historia universal. Igualmente, la historia del arte sitúa a Rusia como referente tanto en la cinematografía (Eisenstein, Tarkovsky, Mijalkov, Sokurov) y la pintura (iconografía, vanguardias, etc.) como en todas sus demás ramas (arquitectura, dramaturgia, etc.).