Taller-Workshop: EL PAISAJE DE LA CAL-AHORA

12/09/2016

Del 28 al 31 de octubre de 2016

INSCRIPCIÓN

Una vez enviadas las respuestas del formulario, para completar la inscripción se deberá, antes de 5 días, hacer el ingreso o transferencia de 250€ en la cuenta de La Caixa: ES56 2100 1842 57 0200091433 – CIF: G76518620 – Organismo: Fundación Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio, especificando su nombre y apellidos, y remitir la copia del resguardo de la transferencia, preferiblemente, por email a la dirección: iconfcicop@movistar.es

Recuerde que si no hace el abono antes de 5 días desde el envío del formulario, su preinscripción se dará de baja.

BECA DE MATRÍCULA

Los estudiantes de la UGR, UPC, UPV y UA que deseen solicitar beca de matrícula (hasta un 50% del total del precio) deberán enviar las respuestas del formulario, antes de 5 días hacer el ingreso o transferencia de 125€ en la cuenta de La Caixa indicada anteriormente y remitir la copia del resguardo de la transferencia por email. Asimismo, antes del día 10 de octubre de 2016 deberán enviar la siguiente documentación vía email a la dirección iconfcicop@movistar.es

Documentación a presentar para la solicitud de la beca:
-Copia del resguardo de pago de matrícula que acredite la condición de estudiante en el curso 2016-17
-Currículum Vítae
-Copia del expediente académico -Copia de la declaración de la renta de la unidad familiar a la que pertenece, correspondiente al ejercicio económico anterior.

La resolución de beca se notificará al correo electrónico proporcionado por el interesado.

PRESENTACIÓN

El hormigón es un material clásico en la historia de la construcción. Su uso se remonta a la cultura romana en su variedad puzolánica, haciendo de él un material insustituible en la conformación de todo tipo de fábricas sometidas a esfuerzo de compresión (muros, arcos y bóvedas). Durante la Edad Media, y hasta la aparición de los cementos Portland modernos en el siglo XIX, los morteros de hormigón se fabricaron con cal. Los depósitos margosos y de rocas calizas son muy abundantes en la naturaleza; son la base para la obtención de la cal, ingrediente esencial para la preparación de morteros y pastas. Para reducir a cal viva la piedra caliza se la somete a un calentamiento dentro de hornos verticales que la privan de las sustancias gaseosas y sobre todo del agua de hidratación, proceso denominado calcinación. Posteriormente esta cal viva hay que apagarla mediante la adición controlada de agua. La pasta resultante se utiliza en la fabricación de morteros y se convierte en la piel tradicional que viste la arquitectura popular gracias al encalado. Durante la construcción del castillo-palacio de Don Rodrigo de Mendoza se inicia la explotación de una cantera situada en el cerro de La Calahorra. Se construyen muy próximos unos hornos de calcinación, que abarataron el transporte del material, y que se han mantenido activos hasta el último tercio del siglo pasado. En el proceso de extracción de la roca, y dado lo limitado de la producción, se utilizaron métodos tradicionales como el acuñamiento con maderas secas introducidas sobre perforaciones, que al humedecerse y aumentar de volumen, provocaban la separación de los bloques. Este proceso ha dejado en el cerro la huella de una de las actividades económicas centenarias en la comarca. Actualmente se conservan cuatro hornos, todos ellos relativamente modernos, pues sufrían grandes desperfectos fundiéndose parte de sus fábricas, lo que obligaba a reconstruirlos cíclicamente.

Las caleras son estructuras troncocónicas, muy interesantes desde el punto de vista arquitectónico. Se realizan semiexcavados en el terreno sobre planta circular, colocando la boca del horno en la cota más baja, con acceso horizontal desde el exterior. Los muros se construyen con bloques calizos, de tamaño medio y sin labra, puestos en seco, simplemente ripiados, con espesores que superan el metro. Las paredes ataluzadas se cierran en la parte superior en una chimenea de planta circular con diámetro variable, siempre inferior a un metro. Para evitar fugas de humo se trasdosan en parte con tierra que tapa los posibles huecos de la fábrica. La boca del horno puede estar adintelada con gruesas losas de piedra o bien resuelta con arcos de dovelas equilibradas igualmente colocadas en seco.

Para el proceso de obtención de la cal se construía un emparrillado con hierros en la base del horno, asegurándose de dejar bajo éste un espacio libre por el que se oxigenaba la combustión y donde posteriormente se recogería la piedra de cal. Sobre esta estructura metálica se colocaba la leña y se vertían tongadas alternas de carbonilla y piedra caliza hasta la mitad de su capacidad. Se prendía fuego controlando las llamas desde la boca del horno a través de la cual penetraba el aire necesario para alimentarlo durante al menos, dos días, tras los cuales se terminaba de llenar. Los terrones de cal iban cayendo en el suelo del horno de donde se retiraban cuidadosamente. El proceso se repetía tantas veces como fuera necesario, hasta que se agotara el fuego.

La cal de La Calahorra se distribuía por todo el Marquesado llegando incluso a Guadix y a la capital granadina. Para poder transportarla debían cubrirla muy bien con desechos de cal que evitaran que se fogase, esto es, que iniciase el proceso de hidratación con la humedad ambiente.

Formulario de inscripción y + info:

https://iconfcicop.com/2016/09/05/taller-workshop-el-paisaje-de-la-cal-ahora/